Para mí los masajes terapéuticos se han convertido en algo imprescindible. Lo que comenzó hace 3 o 4 años como una cosa puntual se ha convertido en una necesidad. Y es que prácticamente todos los meses llamo a alguna de mis masajistas habituales para sentarme en su camilla porque el cuerpo necesita algo de calma. En mi caso me ayudan a desconectar y noto una mejora importante en mi cuerpo cada vez que voy así que lo sigo haciendo.