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La automatización de viviendas ha dejado de ser una tendencia exclusiva de ciertos nichos de mercado para convertirse en una solución cada vez más accesible y extendida. A través de sistemas domóticos integrados, las viviendas pueden ahora ajustarse automáticamente según hábitos del usuario, condiciones climáticas externas o configuraciones personalizadas que incrementan notablemente el confort y la eficiencia. Elementos como la iluminación inteligente, la gestión de temperatura, los sensores de presencia, los detectores de humo o fugas y la integración con asistentes virtuales como Alexa o Google Home permiten que el hogar se convierta en un espacio verdaderamente inteligente, anticipándose a las necesidades de quienes lo habitan.